El análisis económico del mes

José Carlos Díez. Economista y analista económico.

 

La guerra en Ucrania continúa. De la visión heroica del principio hemos pasado a la agonía y el destrozo de un país con difícil viabilidad económica posterior. Ucrania exporta lo mismo que producía mi abuelo en España en los años sesenta: trigo, cebada y maíz. Su renta por habitante antes de la pandemia y de la guerra era de 12,000 dólares, inferior a la que tenían en 1991 tras la caída de la URSS. Su tasa de inversión en 2019 era bajísima (del 15% del PIB) y aún así no tenía ahorro interno suficiente para financiarla y tenían un déficit exterior del 2% del PIB.
Ahora Putin les va a cortar la salida al mar para exportar sus granos y dependen 100% del gas y el petróleo ruso para producir energía. Los 6 millones de desplazados que ha provocado la invasión quieren volver, pero no habrá empleo para ellos. Por muy duro que parezca ahora, habrá que negociar con Putin y él lo sabe. También habrá que negociar con Putin el suministro de gas a Europa, especialmente a Alemania y él lo sabe. Sin embargo, el daño y el dolor que Putin ha infringido a los ucranianos y que todos hemos visto por televisión y por las redes sociales complica muchísimo esta negociación.
Los precios del gas y del petróleo se han estabilizado pero en niveles más altos que en febrero antes de la invasión. El mayor riesgo que preocupa y ocupa a Bruselas es un corte del suministro de gas y que sea necesario racionar las calefacciones y la producción industrial europea el próximo otoño e invierno. España tiene bien resuelto su suministro de gas por tubo y sobre todo por barco, pero nos veríamos afectados si las fábricas alemanas tienen que parar. Si VW no puede producir Passatt, se pararía su fábrica que hace los perfiles de las ventanas en Arganda del Rey.
La inflación ya era un problema y la guerra la ha intensificado, como se observa en el gráfico anterior. El pico de marzo fue con el precio del gas a 200 euros megavatio y ahora está a 80. Por eso la inflación general ha bajado. Cuando se apruebe el tope del gas del Gobierno, el precio no volverá a esos niveles por lo que es muy probable que hayamos visto el pico de la inflación.
No obstante, lo más preocupante es la dinámica de la inflación subyacente. Desde diciembre ha subido dos puntos y en abril un punto. Los modelos de previsión anticipaban que se mantendría estable en abril y la sorpresa ha sido brutal. Por lo tanto, estamos ante un cambio estructural que sólo puede empeorar y los modelos de previsión no son fiables. Sorprende que la ministra Calviño afirme en El País que no hay una espiral de inflación y que bajará en el segundo semestre.
También sorprende que la ministra diga que el crecimiento es sólido. El INE publicó el PIB del 1tr22 con un 0,3%. El Banco de España anticipó 0,9% unas semanas antes. Por lo tanto, de nuevo los modelos de previsión vuelven a patinar y el frenazo de la economía ha sido muy intenso. En Orfin, la cátedra que dirijo en la Universidad de Alcalá, anticipamos un rango de crecimiento para este año entre el 3,6% y el 4,6%. Tras este dato el crecimiento estará próximo al 3,6% y no hay que descartar caídas en el 2tr22 y posteriores.
Para que se cumpla la previsión del Gobierno del 4,3% sería necesario que el PIB crezca 0,5% trimestral en los próximos tres trimestres, algo muy poco probable. No hablemos ya de la del FMI que es aún mayor. La culpa de esta crisis no es Pedro Sánchez, tampoco de Rajoy, ni de ninguna medida tomada en España en los años recientes. La crisis se produce en los mercados internacionales de gas. En 2008 la crisis también fue exógena pero a España la pilló con enormes desequilibrios después de casi una década de burbuja inmobiliaria y de crédito. No es la situación actual, ya que en clave de gas España tiene la mejor infraestructura de Europa. Es una lástima que se politice la crisis de nuevo y en vez de analizar los problemas y proponer medidas el PP acuse al Gobierno, el PSOE niegue la crisis y Vox y Podemos culpen al bipartidismo.
La clave de esta crisis está en el gráfico anterior que publicaron en el blog de Nada es Gratis. El IPC mide la cesta de la compra de un español medio pero hay enormes diferencias entre las rentas medias altas donde la energía pesa poco y en las rentas bajas donde se gastan buena parte de su renta en electricidad y gas para calefacción principalmente. Yo salí el viernes a cenar por el centro de Madrid y no hay percepción de crisis. Y en Semana Santa se llenó la ocupación. Pero esta crisis afecta al 30% de la población de menor renta que sufre la desigualdad y la pobreza. Gente que no llegaba a fin de mes antes de la crisis energética y que ahora han empeorado mucho su nivel de vida. En el caso del decil 1, las personas en pobreza severa, casi el 20% se gastan más de la mitad de sus ingresos en pagar la electricidad y el gas.
Mientras la electricidad tiene un bono de pobreza que ha ampliado el Gobierno recientemente con buen criterio, en el gas no hay y el impacto ha sido brutal este invierno. La principal causa de pobreza suele ser estar en el paro o en tener un trabajo precario y a tiempo parcial. Por lo tanto, la prioridad en esta crisis sería evitar una espiral inflacionista que frene la inversión y el empleo y aumente aún más la pobreza. La CEOE negocia para sus empresas, los sindicatos para los trabajadores. La pregunta es ¿quién representa a los parados y los pobres en el pacto de rentas?
El BCE ya está preparado para subir los tipos de interés, incluso en su próxima reunión. No es previsible muchas subidas de tipos. A diferencia de la crisis de 1973, España hoy está en el euro con un banco central creíble y una moneda estable. ¿Imaginas hoy los que tenemos una hipoteca variable con tipos del 25% o superiores como los que había con la peseta en los años setenta y ochenta? El Euribor puede subir hasta el 2-3% el próximo año. Pero subirán más los salarios, por lo que si mantienes el empleo pagarás menos de hipoteca en porcentaje de tu salario.
Más riesgo puede haber sobre la deuda pública. Las subidas de tipos de los bancos centrales continuarán y sus compras de deuda finalizarán en breve. Es lógico que las rentabilidades de los bonos suban y es necesario para frenar la inflación. La clave es hacer sin provocar un frenazo de la inversión y una recesión como hizo la Fed en 1981. Otro riesgo es provocar un problema de inestabilidad financiera. La burbuja del Nasdaq ya ha pinchado, aunque de momento está teniendo poco contagio a los mercados de deuda corporativa y de crédito que sería el mayor riesgo.
Es lógico tras anunciar el BCE que finalizará sus compras de deuda en septiembre. La prima española sigue próxima a 100 pb y alejada de niveles de peligro que serían por encima de 200 pb. El Tesoro Público ha aprovechado muy bien los dos últimos años para emitir a muy largo plazo a tipos próximos al 0%. Ahora pagamos sólo el 2% del PIB en intereses de la deuda y los niveles de riesgo son el 5%. Además, el Gobierno ha reducido significativamente el déficit en 2021 del 10% del PIB al 4% en el 4tr21. Aunque suban los tipos, este año y el que viene seguiremos pagando muy poco de intereses de la deuda pública.
Más problemas puede tener Italia. Su prima ya está en el nivel de peligro de 200 pb. Su deuda es mayor, su déficit público elevado y su PIB ya comenzó a caer en el 1tr22. Su dependencia del gas ruso es elevado y su riesgo de suministro en otoño también. Draghi tiene mucha credibilidad pero la situación política se puede complicar con la subida de la inflación y el descontento social. En el BCE ya se habla de un mecanismo para evitar una crisis en países periféricos como en 2010. También habrá nuevo líder en el MEDE, el fondo europeo que debería relajar las condiciones de los programas. Esto será clave para Grecia.
Conclusión, la economía se ha parado pero el escenario no será de intensa caída como en 2008 y en 2020 durante la pandemia. El turismo va como un tiro y es un sector que genera mucho empleo y eso compensa el impacto sobre el resto de sectores. La política monetaria se va a endurecer y eso frenará algo más el crecimiento. Y la política fiscal tiene escaso margen y no debería usarse salvo para proteger a las rentas bajas y más vulnerables en esta crisis. Los riesgos son claramente a la baja en el crecimiento y serían por un corte de suministro de gas o por una crisis en la deuda pública y las primas de riesgo de nuevo.
¿Qué se puede y se debe hacer? Primero asumir la crisis y entenderla. Ni Pedro Sánchez, ni Núñez Feijóo parecen haberla entendido. La prioridad es reducir la dependencia del gas y de los combustibles fósiles donde es fácil un pacto de estado. Hasta Vox apoya el desarrollo de energías renovables en España. Los fondos europeos pueden ayudar en esta misión. Pero serán las empresas privadas las que lo hagan. España tiene grandes empresas tractoras y alrededor de ellas hay un cluster de proveedores que serán las que crezcan y creen buenos empleos. Esta semana voy a Asturias y me reúno con TSK que instala plantas por todo el planeta con ingenieros españoles. En esto se crearían cientos de miles de empleos y de cualificación media baja en la instalación donde tenemos mayores tasas de paro y pobreza.
España puede y debe aspirar a ser la Arabia Saudí de Europa. Principalmente por el sol pero también por el viento y el hidrógeno. Puertollano se puede convertir en el gran centro mundial de desarrollo del hidrógeno que con fondos europeos podría ser viable económicamente en menos de cinco años y sería un sustitutivo del gas. Alemania quiere serlo pero no tiene fuentes primarias de energía abundantes y baratas para producirlo. España y Puertollano sí, el sol. VW ha apostado por Sagunto para las baterías. Puerto, capital humano y tradición industrial pero sobre todo electricidad barata. Iberdrola va a invertir 500 mill en una planta de autoconsumo para la fábrica y crearán miles de empleos en la zona.
Amazon ha elegido España para invertir 2.500 mill en data center de acceso a la nube. ¿Por qué? Porque necesitan mucho consumo de electricidad para aire acondicionado y España es el lugar más barato de Europa para producirla con fotovoltaica. La próxima semana también voy a Elche a un evento con Onda Cero y he quedado con Airenetworks, una empresa que también invierte en data centers y cloud. También con PLD Space, el Space X de Elon Musk europeo, que va a lanzar nanosatélites al espacio para vender servicios de datos en todo el mundo. Podría seguir contando historias de empresas con un potencial enorme de crecimiento y creación de empleo pero te aburriría.
La crisis energética ya se ha activado. Pero si la gestionamos bien y no comentemos errores graves será una gran oportunidad para nuestra querida España en clave de empleo y de salarios dignos, sobre todo para nuestros jóvenes. El presente y el pasado son inciertos pero el futuro es ilusionante.

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